lunes, 28 de julio de 2014

Añorando la playa

     Me gustan las playas en invierno. O, al menos, cuando no tienen gente paseando, bañistas, perros descontrolados, surferos, etc. Sé que todos tenemos el mismo derecho a hacer uso de las playas y que yo, seguramente, molesto tanto como los demás. Pero no puedo evitarlo, me gustan las playas cuando no hay nadie y, como consecuencia, son las aves las que toman posesión de la arena.

     Ahora, mientras soporto lo más crudo del estío en la meseta, la única forma que tengo de volver a esas playas, que seguro estarán abarrotadas, es a través de las fotos de los meses pasados. Son fotos sacadas "al salto", mientras tengo un ojo en los pájaros y, a la vez, paseo con mi  familia. 

     La playa que más habitualmente visito es la de La Franca, en Ribadedeva (Asturias) y, bien por su tamaño o por la constante presencia de gente no suele tener nada interesante en la arena, salvo algunas gaviotas. Por eso me sorprendió encontrarme con un par de chorlitejos grandes que aprovechaban para hacer un descanso en su migración. Se les veía cansados, apenas se movían y no intentaban alimentarse. Además, de vez en cuando, aprovechaban para tumbarse. Me mantuve a una distancia prudencial, sacando las fotos con el zoom máximo que permite mi cámara. Enseguida nos alejamos, dirigiéndonos hacia el otro extremo de la playa y allí quedaron, supongo que reponiendo fuerzas para continuar su viaje. Durante todo el tiempo que permanecimos en la playa no pude evitar mirar de vez en cuando hacia aquella zona, deseando que ninguno de los pocos paseantes que había se acercase demasiado como para interrumpir su descanso...

Chorlitejo grande (Charadrius hiaticula)
     
     Otra playa muy interesante cuando no hay mucha gente es la de Oyambre, en Cantabria. En esta ocasión había bastantes paseantes, pero estaban concentrados en una zona concreta de la playa y el resto permanecía totalmente tranquilo. Los perros que acompañaban a estos paseantes estaban demasiado ocupados persiguiendo a las escasas gaviotas que se atrevían a posarse en la arena y un buen grupo de correlimos tridáctilos y correlimos comunes pasaban desapercibidos para todos. Sus carreras y vuelos, a muy escasa distancia de donde yo me encontraba, me hicieron disfrutar de lo lindo.


Correlimos tridáctilo (Calidris alba)
      
      Volviendo a la playa de La Franca y ya con sus visitantes habituales, la tranquilidad me permite fijarme en los detalles y puedo romperme la cabeza con algunos ejemplares que, para alguien con más dudas que certezas, como yo, resultan ser un entretenimiento de primer orden. Esta gaviota sombría, por ejemplo, llamaba poderosamente la atención entre las de su especie. El color más oscuro de su manto, las patas más cortas y su aspecto alargado me recordó a la subespecie intermedius. Sin embargo, mi falta de experiencia hace que, aún hoy, mirando las fotos siga sin tener claro si es un ejemplar de la más común subespecie graellsii o se si podría considerar del tipo intermedius.

Gaviota sombría (Larus fuscus)

     Ese mismo día, otra gaviota llamó mi atención. Quizás, para un experto, no tenga nada especial, pero a mi me resultó curioso su pequeño tamaño en comparación con otras gaviotas sombrías y patiamarillas que había en la playa. El pico también me parecía más corto y menos grueso. Se mantenía alejada del resto de gaviotas y no pude hacer ninguna foto comparativa ni en vuelo. Sin embargo, la inesperada aparición de un grupo de paseantes me privó de seguir estudiándola en vivo.

Gaviota sombría? (Larus fuscus?)
     Mientras pueda, seguiré acercándome a las playas cuando no haya gente, a disfrutar de las aves que identifico rápidamente y de las que me dan más quebraderos de cabeza. A imaginar cómo podrían ser esas playas si las personas dejásemos un poco más de espacio para las aves en lugar de invadirlo todo...


domingo, 20 de julio de 2014

Lagartijas roqueras

     La lagartija roquera (Podarcis muralis) es un  pequeño reptil de coloración dorsal parda o pardo verdosa, pudiendo presentar un reticulado negruzco en la zona central. Los costados presentan una coloración regra o parda muy oscura y generalmente uniforme. El vientre es blancuzco, grisáceo, crema o rojizo, con pequeñas manchas negras. La garganta presenta manchas grisáceas o ferruginosas de contornos mal definidos. En los machos la coloración ventral rojiza suele ser especialmente intensa, al igual que el reticulado de la garganta.



Lagartija roquera (Podarcis muralis)

     En la Península ibérica se distribuye por la mitad norte, con sus poblaciones más occidentales en el límite entre Asturias y Galicia. Podemos encontrarla en los Pirineos, el Prepirineo, la Cordillera Cantábrica y toda la franja costera cantábrica. En el interior peninsular existen poblaciones en los Sistemas Ibérico y Central.


Lagartija roquera (Podarcis muralis)

     En la Cordillera Cantábrica ocupa hábitats abiertos, muy soleados y salpicados de formaciones rocosas, aunque también es frecuente encontrar esta especie en hayedos y robledales, ocupando zonas aclaradas y soleadas. En el Sistema Central ocupa taludes terrosos, con rocas dispersas y vegetación de pequeño porte, normalmente en los bordes del bosque. En el norte de España ocupa también acantilados costeros y es muy frecuente en muros de piedra y otras construcciones humanas.


Lagartija roquera (Podarcis muralis)
     La lagartija roquera es el reptil que más habitualmente me encuentro en la zona entre Asturias y Cantabria que frecuento, tanto dentro de los cascos urbanos como en otras zonas de roca o acantilados. Sin embargo, su gran variabilidad cromática y de diseños siempre me hace dudar a la hora de identificarlas. 

     Los tres ejemplares mostrados en las fotos compartían el mismo pequeño talud rocoso, cerca del mar, en Pechón (Cantabria). Había más ejemplares, alguno con un diseño mucho más liso, sin reticulado, lo que hacía pensar, a ojos inexpertos como los míos, que se trataba de una especie diferente.

     Gracias a Abel Bermejo (La herpetofauna de Zamora), que amablemente revisó mis fotos, pude saber que todos los ejemplares fotografiados pertenecían a la misma especie y que, a pesar de sus variables diseños, es la misma que habitualmente se solea en los muros y las aceras de los pueblos de la zona.


Bibliografía: Diego-Rasilla, F. J. (2004). Lagartija roquera - Podarcis muralis. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Carrascal, L. M., Salvador, A. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http//www.vertebradosibericos.org